Valores
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Nos definen la pasión y el entusiasmo por nuestro trabajo. Compartimos una misma forma de entender nuestra profesión: desde el respeto a un código de valores éticos que definen nuestra actuación profesional y nuestro comportamiento personal.
Creemos que la calidad de cada tratamiento implica necesariamente calidez y cercanía en el trato: la técnica, los conocimientos y el rigor profesional, no tienen sentido en esta profesión si no es desde la escucha, el respeto, la empatía y la confianza.
Ejercemos nuestra profesión desde la máxima responsabilidad, por ello sustentamos la relación terapéutica en cuatro palabras claves, con profundo significado para nosotros:
Escuchar, respetar, comprender, ayudar.
Los principios de nuestro trabajo, en consecuencia, se pueden resumir de la siguiente forma:
Sabemos que cada persona es sujeto activo y protagonista de su propio crecimiento: nuestra misión es acompañar y ayudar desde el respeto a los propios procesos que cada uno es capaz de realizar, descubriendo su potencial, y trabajando desde sus capacidades.
Entendemos que cuidar y ayudar a crecer es opuesto a “entrenar o adiestrar”: las personas se educan, tienen deseos y voluntad propia, gustos, preferencias, emociones complejas y una historia personal única y singular que debe ser escuchada.
Valoramos la relación con cada persona que atendemos como un proceso dinámico de crecimiento y aprendizaje compartido, en el que es imprescindible el ajuste a las necesidades y características individuales de cada uno.
Contemplamos las manifestaciones sintomatológicas (y esto cobra especial importancia en la infancia), como la expresión del propio psiquismo, de vivencias y experiencias complejas que deben ser escuchadas y respetadas para poder ayudar desde el enfoque terapéutico adecuado.